DERECHO A LA VIVIENDA Y A LOS SERVICIOS BÁSICOS.
La larga crisis económica ha provocado que muchas familias hayan están desahuciadas de sus hogares por no poder hacer frente a la hipoteca, a pesar del derecho constitucional a una vivienda digna; y de otras familias, que han tenido la suerte de conservar la residencia, se les ha presentado una segunda cara igual de dramática: el coste que representa mantener la vivienda, con respecto a los suministros de gas, electricidad, agua, teléfono… Son gastos que las compañías suministradoras y la Administración incrementan alegremente; convirtiéndose en una carga insoportable para aquellos ciudadanos que, año tras año, han vivido una drástica reducción de sus ingresos y tienen serias dificultades para llegar a fin de mes. ¿Y eso a donde lleva?: Pues; a malvivir permanentemente en un mundo de marginación y pobreza.
Estos últimos días se ha hablado mucho del caso de la anciana de Reus que tenía que usar velas para alumbrarse y que encontró la muerte en el incendio de su piso; un ejemplo claro de prepotencia de la compañía suministradora, en este caso Gas Natural, y de inoperancia por parte de los servicios sociales que, a día de hoy, están en una disputa para justificarse mutuamente. Por desgracia el caso de esta anciana de Reus no es único, uno de cada diez catalanes no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada y el siete por ciento paga con retraso las facturas de los suministros básicos.
Según el Instituto Nacional de Estadística el gasto de electricidad ha aumentado un cincuenta y dos por ciento en cuatro años; sin embargo, aún es más chocante que del total de la factura que pagamos un sesenta y tres por ciento son costes fijos e impuestos. ¿Cómo puede ser que la Administración grabe de manera tan brutal suministros básicos y necesarios?; y, esto no es todo: Gas Natural por ejemplo, que tiene como primer accionista CaixaBank, pasó de declarar 642 millones de euros de beneficios en 2004 a 1.502 millones en 2015.
Los más perjudicados por la privación de los servicios básicos, sin lugar a dudas, son las personas mayores y los niños; uno de cada tres niños en Cataluña viven en riesgo de pobreza. En este sentido ECAS (Entidades Catalanas de Acción Social), dice: «Puede ser debido a una mayor prevalencia de diferentes enfermedades físicas (sobre todo cardíacas, inmunológicas, reumáticas y respiratorias) y también mentales, así como incremento de las tasas de mortalidad, principalmente en invierno. Aumenta un treinta por ciento la probabilidad de ingreso hospitalario. y en cuanto al medio ambiente, el uso de sistemas de calefacción económicos y deficientes provoca un incremento de las emisiones de gases y de la contaminación atmosférica , lo que desemboca en un empeoramiento de la salud pública más allá de las circunstancias específicas de las familias en situación de pobreza energética «.
El derecho a una vivienda, según dice la constitución, no se debe desligar nunca de otro derecho fundamental: el derecho a mantener los servicios básicos para vivir dignamente; sin embargo, si faltan los ingresos de un colectivo muy amplio de ciudadanos y la Administración graba estos servicios de forma exagerada con impuestos y las compañías suministradoras sólo piensan con sus beneficios, será muy difícil de conseguirlo. ¡Esto no es justo! ¿Qué opinas? Espavila’t.