¡PESE O «GRACIAS» A LA CRISIS, LOS PODEROSOS SE ENRIQUECEN MÁS QUE NUNCA!
Supongo que todos estamos de acuerdo en que esto es intolerable; pero este hecho no es nuevo, ya que los poderosos siempre se han aprovechado de las debilidades y penurias de los demás para hacer dinero y conseguir más poder. Por desgracia, las estadísticas nos dicen que en los últimos años esta tendencia ha ido al alza de manera considerable. El año pasado, por ejemplo, el número de millonarios en el mundo aumentó más de un diez por ciento; y España, con toda la problemática de desempleo y precariedades que estamos viviendo, lo hizo más del doble. En el mundo, según los entendidos, hay riqueza para todos pero está muy mal repartida: ¿Sabías que las 85 personas más ricas del planeta acumulan la misma riqueza que la de los 3.600 millones de personas más pobres, es decir, la mitad de la población mundial?
En España, según un informe elaborado por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Social, hay catorce millones de personas que viven en situación técnica de pobreza y, de estos, seis en situación de pobreza extrema. Hay personas que han sido desahuciadas en más de una ocasión. Primero se les echa de casa porque no pagan la hipoteca, después se repite la operación por no pagar el alquiler y luego…; si no tienen recursos ni posibilidades de encontrar un trabajo digno, ¿que tienen que hacer? La verdad es que el panorama social es bastante desolador; pero a pesar de todo algunos políticos, seguramente deslumbrados por los beneficios que genera la banca y con una gran dosis de cinismo, tienen la desfachatez de decir que la crisis ya es historia. ¡Eso no se lo creen ni ellos!
Bien; ahora se acercan elecciones y, por tanto, es un buen momento para reflexionar. Nuestra sociedad se denomina democrática y eso en teoría es bueno: Estado de Derecho, el imperio de la ley, partidos políticos…; pero estaremos de acuerdo en que es una versión de mínimos de la democracia. Todavía hay mucho camino por recorrer, no hay suficiente con votar cada cuatro años. Hay que avanzar hacia un nuevo modelo de participación ciudadana mucho más intenso, de democracia directa, referéndums… para controlar que nuestros representantes no queden atados de manos y pies, como suele ocurrir, para los que tienen el poder económico. Según Josep Roca, autor del libro «Globalización 3.1», el dinero tienen alas para volar con toda libertad a la captura de beneficios especulativos, arrasando todo lo que encuentran. Se refugian allí donde no corren riesgos que es, precisamente, donde no son necesarios porquè que sobran; pero donde están fuera de control. El dinero se mete también en el bolsillo de los políticos y gobernantes para allanar caminos y abrir puertas en beneficio de los poderosos; olvidándose a menudo del «Bien común» de los ciudadanos. Desgraciadamente en Cataluña y España tenemos un buen número de ejemplos.
El modelo económico actual de crecimiento basado en el producto interior bruto, el PIB, no refleja la realidad; es obsoleto. Aunque los bancos y las multinacionales tengan beneficios millonarios no se puede hablar del crecimiento de un pueblo si las personas que lo forman no tienen trabajo ni recursos para vivir dignamente. Los valores humanos deben estar muy presentes en la política y los políticos y el «Bien común» de los ciudadanos debe estar por encima de los poderosos y el dinero. Si de verdad queremos avanzar, tenemos la obligación de hacerlo entender a nuestros gobernantes! Espavila’t!