InicioArtículosAHORA TOCA ILEGALIZAR LA POBREZA

Esto es lo que opina el profesor y economista italiano Ricardo Petrella. La pobreza, según dice, no es un hecho natural como pueden ser los fenómenos climáticos o la genética de cada uno. Las personas no nacen pobres; es precisamente la sociedad la que las etiqueta, las coloca y las resigna a vivir en ambientes de pobreza, y muchas veces de pobreza extrema. Por tanto, si la pobreza no es un hecho natural, significa que se puede erradicar e incluso declararse ilegal. Para conseguirlo no es suficiente con practicar la caridad y esconder las causas humanas y sociales que provocan el empobrecimiento generalizado; de lo que se trata, según el profesor, es de poner fuera de la ley los factores o causas estructurales que son el origen de las desigualdades, del empobrecimiento y de la exclusión de millones de personas. Esto pide declarar ilegales muchas instituciones y prácticas sociales que dificultan la economía y la justicia social, que en definitiva impiden y atacan el ejercicio democrático de la ciudadanía.

Muchas sociedades que llamamos avanzadas y democráticas, entre las que nos encontramos nosotros, son atacadas continuamente por comportamiento demagógicos hasta el punto de herir de muerte el espíritu democrático. Constantemente estamos sometidos a opiniones que modifican la realidad, falacias y retóricas perversas de los que tienen el poder con el único fin de anular la capacidad de decisión de los ciudadanos, inculcando sentimientos de miedo, odio o deseos, a fin de conseguir sus propósitos. De esta manera vemos como entidades financieras, empresas energéticas o grandes cadenas de distribución, entre otros, acumulan año tras año beneficios multimillonarios con el visto bueno, trato de favor y a menudo con corruptelas de los que ejercen el poder político. Y, ¿cuál es el resultado de todo esto? Pues, una desigualdad cada día más notoria entre los ricos y las clases más desfavorecidas. Intermón Oxfam advierte que el uno por ciento de las personas más ricas del mundo acumula más dinero que el noventa y nueve por ciento restantes. Y hablando de Cataluña la concentración de riqueza también es bien presente: las veinte mayores fortunas aumentaron el año pasado su patrimonio en un treinta y cuatro por ciento.

El profesor Ricardo Petrella ve inhumana esta desigualdad social y la define como la «auténtica esclavitud de nuestro tiempo». Considera que de la misma manera que en el siglo XIX se declaró ilegal la esclavitud humana y esto representó un gran progreso; ahora toca ilegalizar la pobreza. Ahora toca ir a la raíz del problema y ejercer la auténtica democracia para eliminar los comportamientos corruptos y, al mismo tiempo, perseguir el desenfreno de los poderosos que se enriquecen sin miramientos a costa de las necesidades de los demás. Esto pide fiscalidades justas, luchar contra la evasión de capitales y cierre de los refugios y paraísos fiscales. La globalidad mundial, sin unas políticas sociales efectivas que piensen en el bien común, nos lleva directamente hacia una destrucción masiva de los más débiles en beneficio de los poderosos.

Dicen los entendidos que en el mundo hay recursos suficientes para todos, pero desgraciadamente están en manos de unos pocos afortunados que se los han hecho suyos. Es necesario establecer un gran debate para descentralizar la riqueza y lograr que todos y cada uno de los ciudadanos de mundo, mediante su esfuerzo, puedan tener acceso a los recursos mínimos y necesarios para vivir con dignidad. ¡La pobreza cada día va en aumento y esto no nos lleva a ninguna parte! ¿Cómo lo ves? Espavila’t

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