El año que comienza, a pesar de los brotes verdes que algunos ven, será un año bastante complicado económicamente hablando y, a la vez, complicado como nunca en reivindicaciones tanto políticas como sociales. Será un año de incertidumbres pero a la vez cargado de iluminación, ilusiones y esperanzas. Se plantearán cuestiones que para ser resueltas adecuadamente harán falta «actitudes positivas» por parte de todos, es decir, esfuerzo y predisposición para afrontar los problemas y resolverlos con buenos criterios y, sobre todo, con grandes dosis de optimismo.

Las actitudes son formas habituales de pensar y actuar según los valores de cada persona. Así pues, ahora más que nunca, se nos pide una profunda reflexión para intentar encontrar aquellos valores más relevantes que ayuden a mejorar la sociedad y, a la vez, predisposición para ponerlos en práctica.

Hablando de valores y actitudes recuerdo, una conversación con Claudia, una profesora especializada en el Método Montesori de enseñanza, que entre otras cosas comentamos: «Los valores humanos más relevantes, al ser asumidos por las personas y en función de la cultura de la sociedad de la que forman parte, a menudo quedan enmascarados por tradiciones, prejuicios, intereses, dogmas y falsas creencias que pueden reducir su valor más auténtico; entendiendo por autenticidad de un valor todas aquellas acciones del ser humano que sirven para exaltar la vida de las personas sin exclusión». En el transcurso de la conversación le hice esta pregunta: ¿Cómo es posible reconocer, dentro de nuestra sociedad, los auténticos valores y actuar positivamente? Y Claudia me contestó: «Vivimos en una sociedad muy influenciable, no estamos acostumbrados a pensar, investigar y cuestionar por nosotros mismos todo lo que nos dicen o nos quieren hacer creer. A veces se nos presentan cosas con fines loables , pero sólo después de una profunda reflexión descubriremos si nos merecen la credibilidad suficiente para ser aceptadas. Encontrar los auténticos valores requiere esfuerzo de investigación por parte de todos. Se debe ayudar a los niños y niñas a localizarlos desde pequeños, a la familia y a la escuela; con predisposición razonarlos y ejercitando continuamente en todas las etapas de la vida adulta».

Como dice Claudia, inculcar actitudes positivas es básico para conseguir un mundo mejor: «Se debe fomentar el deseo de la curiosidad, es decir, la tendencia a explorar todo lo que se considera nuevo. Es un instinto que empuja a buscar información. La curiosidad facilita la posibilidad de inventar y, por lo tanto, a descubrir la creatividad. Y así, con esfuerzo de aprendizaje continuado podremos encontrar valores tan positivos como: dignidad, fortaleza, optimismo, serenidad… y disfrutar de un estado de felicidad interior, a pesar de los inconvenientes de los tiempos que corren».

Este 2014 nos pide actitudes positivas, pero ¿Estamos preparados para asumir los retos? ¿Estamos dispuestos a hacer el esfuerzo para mejorar las actitudes y potenciar los auténticos valores? ¿Como lo ves? Espavila’t .