InicioArtículosLOS OBISPOS PIDEN PERDÓN

     Los Obispos catalanes se reunieron para tejer el mensaje que debían dar, después de los casos aparecidos de abusos sexuales a menores que han afectado curas y monjes de todo el territorio. El texto emitido por los obispos, condena estos abusos que han sacudido la opinión pública del país y que, tal como dicen, han hecho tambalear la confianza en la Iglesia: «Pedimos perdón a las víctimas y nos solidarizamos con su dolor».

     ¡Sres. Obispos! El perdón que pide es esa especie de perdón, que conceden ustedes mismos en nombre de Dios y que se arregla rezando un par de padrenuestros: ¿»… perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores …»? Quisiera creer que este sentimiento de perdón que pide es auténtico; pero ¡lo pongo en duda !, desgraciadamente la cúpula de la Iglesia nos tiene muy acostumbrando a predicar lo que no cree y a menudo, mezcla dogmas divinos para resolver cuestiones terrenales. ¡Ah!, por cierto, estos Obispos catalanes un día también se disculparon por la agresividad dialéctica y politizada de los medios de comunicación propiedad de la «Conferencia episcopal española» de la que ellos mismos forman parte; sin embargo, ¿que pasó? Pues, ¡nada de nada! La «COPE» y «13TV» siguen con la misma línea agresiva que en mi opinión está muy alejada de los valores más cristianos.

     «Los perdones institucionales que hacen algunos gobiernos o la Iglesia católica me parecen gestos de soberbia. El perdón no se puede pedir a través de la red, se debe pedir cara a cara y mirando a los ojos». Son palabras que me parecen bastante acertadas de Javier Urra, psicólogo y ex defensor del menor de la Comunidad de Madrid, que de alguna manera vienen a decir que el perdón no puede ser un acto de frivolidad resuelto con cuatro palabras bien estudiadas. El perdón en sentido moral debe ser aceptado por la persona ofendida y en el sentido jurídico, debe vincularse a las leyes vigentes. Por ejemplo, cuando Ali Agca atentó contra el papa Juan Pablo II, este lo perdonó, pero a pesar de todo fue juzgado y encarcelado.

     El tema de los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia católica por parte de algunos de sus miembros no es nuevo. De vez en cuando, recibimos noticias de diferentes lugares del mundo sobre este tema; y, seguramente siempre habrá muchos casos que, por las razones que sea, no verán nunca la luz. De todos modos mucho más allá de los perdones que puedan pedir los agresores o sus representantes, las personas que han sido ofendidas, y sobre todo si son menores de edad, seguramente que guardarán en su interior resentimientos muy difíciles de olvidar. A menudo se confunde el perdón con el olvido, como si para perdonar fuera necesario olvidar. Benedetti decía: «El olvido está lleno de memoria. Es un gran error pensar que para poder perdonar se debe negar o aniquilar lo que ha pasado».

     Cuando aparecen noticias acusadoras en que se ven implicadas Instituciones, a menudo la reacción inmediata consiste en pedir públicamente perdón; sin embargo, este perdón para ser creíble implica admitir la realidad de los hechos, analizar las heridas creadas y adentrarse, en el porqué se han producido; y, aceptar que muchas veces las causas no son otras que la pobreza interior de aquella determinada Institución.

     «Ni olvido ni perdón» dicen algunos; pero mucho más allá de los resentimientos el psicólogo Javier Urra comenta: «La persona ofendida puede llegar a perdonar, pero difícilmente puede olvidar porque esto no está en sus manos».

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