ESPÍRITU EMPRENDEDOR
Las palabras «emprendedor» y «emprendimiento» ahora suenan más que nunca, y esto es debido sin duda a la crisis económica que vivimos. A menudo se asocia el espíritu emprendedor de una persona con su iniciativa profesional para crear empresas competitivas que impulsen la productividad. Con esta idea la Dirección General de la Juventud de la Generalitat de Cataluña y otras instituciones se apresuran a dar pautas a los jóvenes para que sean capaces de arriesgarse en proyectos innovadores y creativos. Todas estas iniciativas seguro que están bien, pero en mi opinión, el concepto «emprendimiento» va mucho más allá de lo puramente empresarial. Son valores que deberían fomentar a los niños y niñas desde pequeños, tanto en la escuela como la familia, a fin de prepararlos debidamente para afrontar los retos de la gran empresa que representa el oficio de vivir.
Se debe impulsar a los niños a ser creativos; estimularlos para afrontar riesgos y aprender del fracaso. Una frase de Louis Pasteur dice: «No evite a sus hijos las dificultades de la vida, ayúdeles más bien a superarlas» ya Winston Churchill se atribuyen estas palabras: «El éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”. Quiero recordar un consejo que de pequeño dio el Sr. Joaquim, un maestro que quería bien para mí: «Espabila por ser una persona de provecho en la vida»; palabras sencillas y a la vez entrañables.
El esfuerzo y las iniciativas emprendedoras nos pueden ayudar para montar una empresa o como trabajador, pero tal como he dicho antes, no se limitan a la vida profesional de las personas. Necesitamos gente emprendedora y con ganas de hacer un gran esfuerzo para liderar la propia vida, desde las primeras etapas hasta la madurez. ¿Qué empresa hay más importante que ser un buen organizador de uno mismo? ¿Qué trabajo hay más emocionante que ser el capitán del propio barco? La vida plantea constantemente conflictos que para resolverlos hace falta seguridad, perseverancia, entusiasmo, liderazgo, capacidad de análisis, intuición… Todas estas habilidades, sin olvidar los conocimientos y las experiencias adquiridas, son imprescindibles para disfrutar de una vida de «provecho» tanto en el ámbito personal como profesional.
La Fundació Espavila, para inculcar la cultura del esfuerzo entre nuestros jóvenes, creó las «Beques Educar Fomentant l’Esforç». Si estás interesado puedes consultar las bases en nuestra web, la segunda convocatoria está abierta hasta el treinta de abril.
Ayudamos a los niños a descubrir el mundo a partir de pequeños detalles y a la vez motivamos a tener ideas y a ser creativos, seguro que en esta tarea la emprendeduría y la cultura del esfuerzo estarán presentes. Espabila.