LA LLAMA DEL CANIGÓ
San Juan coincide con el solsticio de verano. El Sol llega a su cenit y se produce el día más largo y la noche más corta del año. La popularidad de la fiesta de San Juan y la magia de las hogueras han convertido esta fiesta en un referente nacional dentro de los Països Catalans. El fuego es el protagonista y su encendido queda simbolizada con la «Flama del Canigó»: Cada 22 de junio excursionistas de todas partes suben a la cima del Canigó, una de las montañas con más simbolismo del Pirineo Catalán; y después de leer un manifiesto encienden una hoguera. A continuación, los excursionistas y muchas otras personas que se reúnen en la cima, inician el descenso con la llama renovada. La llama, gracias a un montón de voluntarios, se extiende hacia diferentes puntos de los Países Catalanes haciendo relevos a pie, en bicicleta, en barco, etc. para hacer posible que la “Flama” llegue a tiempo de encender las hogueras de la noche de San Juan. Cada año la «Flama del Canigó» es recibida por el Parlamento de Cataluña en un acto institucional, así como por Ayuntamientos, entidades culturales, sociales y deportivas. De este modo, el fuego que viene de la montaña ilumina las verbenas populares. Se calcula que la noche de San Juan se encienden más de 3000 hogueras con el fuego que proviene de la cima del Canigó.
Alrededor de las hogueras de San Juan hay un montón de creencias y rituales: por un lado, las llamas rinden un verdadero homenaje al Sol, el astro Rey, que proporciona toda la fuente de vida; es de recibo hacerle este reconocimiento el día que más horas nos ilumina. Por otro lado; los rituales que según la tradición se pueden hacer alrededor de estas, tienen virtudes purificadoras: asustan los seres maléficos que contaminan el aire y nos libra durante todo el año, evita caer en males no deseados y purifica la vida en todos los aspectos. Pero más allá de este espíritu festivo, la “Flama del Canigó” tiene una simbología que se vinculará a la unidad, persistencia y vitalidad de la cultura catalana.
¿Que hay de verdad en la magia de las hogueras de San Juan? No lo sé; sin embargo, este año, y de manera muy especial, confío en que las llamas de esta noche tan espacial tendrán el poder de alumbrar las mentes de todos aquellos catalanes que con ilusión y entusiasmo, están dispuestos a hacer un gran esfuerzo para construir un mundo mejor. Por si hay algo de verdad en estos rituales vinculados del fuego, vale la pena reafirmar una vez más nuestros deseos. Espavilem-nos!