«MUROS QUE HABLAN»
Lea en el Boletín Municipal de Granollers de este mes, que el Ayuntamiento ha invitado a un artista de renombre a transformar, con su intervención, una pared medianera de un edificio de la ciudad que queda a la vista de los peatones. Este hecho, según comenta el boletín, se enmarca dentro del proyecto «muros que hablan» que ha puesto en marcha nuestro consistorio. ¡Felicidades por esta iniciativa! Yo personalmente, como arquitecto, siempre he creído en la necesidad de hacer más viva la ciudad y darle más color; y es precisamente en este sentido, que considero acertado que algunos muros que aparecen en la vista en muchos lugares del paisaje urbano, puedan ser capaces de establecer un diálogo creativo con los peatones. Un cambio de rumbo en el concepto cromático de los edificios es deseable, ya que por desgracia, las normativas municipales y los criterios, a menudo restrictivos, de los gobernantes han dado poco margen de maniobra para jugar con los colores y mucho menos para hacer dibujos y murales en las paredes medianeras de los edificios.
Bueno, como he dicho, a mí siempre me han gustado las expresiones artísticas y el color; y precisamente por eso, quiero reivindicar un mural que se hizo en Granollers a principios de los años noventa del siglo pasado en el que participé activamente. Se trata de un mural hecho en la pared medianera, lado poniente, del edificio de la empresa Laboratori del Vallès de control de qualitat de la edificación que está situado en la calle Josep Carner, 27. Si le apetece, a pesar de los años transcurridos, todavía lo puede contemplar en todo su ¡esplendor! Es un mural que expresa gráficamente la actividad constructiva del mismo edificio. Y siempre ha tenido ganas de hablar y dialogar con los peatones; pero desgraciadamente ha sido poco ¡escuchado!
La decisión de hacer esos dibujos, en unos años tan poco favorables para hacer desenfrenos artísticos en nuestra ciudad, se debe a dos factores: por un lado acababa de hacer un viaje a la ciudad francesa de Albertville y había tenido ocasión de contemplar en aquella ciudad murales espléndidos; por otro lado, quería hacer algo diferente, aunque fuera contraria a la normativa de aquellos años. En definitiva: ¡Estaba animado y eso era suficiente para hacerlo!
El mural lo realizó el pintor de nuestra ciudad Sr. Vidal y evidentemente se hizo sin el permiso previo del Ayuntamiento; de haberlo pedido estoy convencido de que no se habría concedido. La normativa, la burocracia y la poca predisposición del consistorio lo habrían impedido. Una vez terminado el mural, como un hecho consumado, el concejal de obras del Ayuntamiento me hicieron una cierta reprimenda; sin embargo, la cosa no llegó más lejos.
Desde hace más de veinte años, el mural está presente en la calle Josep Carner. No intervinieron personas de reconocida fama internacional, ni boletines municipales que la ensalzara; sin embargo, creo que expresa de manera muy digna todo lo que quiere decir.
Los edificios que forman la trama de los pueblos y ciudades son el decorado de las vivencias de las personas; por lo tanto los colores no pueden faltar. Celebro que nuestro Ayuntamiento evolucione en este sentido. ¿Qué opinas? Espavila’t.