¡PUNTALES CAÍDOS!
Creo que no me equivoco si afirmo que la mayoría de los que ya tenemos algunos añitos fuimos «educados» con unos «valores», y a la vez con muchos prejuicios añadidos, que la sociedad de aquel momento nos inculcó como los «puntales básicos» para disfrutar de una vida plena y segura. En este sentido; la familia cristiana y bien unida, al menos en apariencias, era el eje fundamental para educar a los hijos y prepararlos debidamente para acceder al gran valor del trabajo, y así poder garantizar la continuidad y prosperidad familiar. Otro puntal era la religión, la religión católica naturalmente; es decir, creer y confiar en ese Dios todopoderoso que, a cambio de rezar un poquito y dar alguna limosna en la iglesia, era capaz de estar permanentemente al tanto de todo lo que se nos podía escapar de las manos. Otro puntal muy relevante en nuestro era el valor del ahorro; es decir, la seguridad de tener algún dinerillo bien guardado en la caja de ahorros nos daba mucha tranquilidad. bien; seguro que todos estaremos de acuerdo en que, a estas alturas, hablar de estas cosas nos puede sonar a historias del pasado.
La democracia nos ha dado libertad de ser y de actuar de manera más auténtica. El concepto de familia se ha ampliado y, en muchos casos, ya no es aquel eje vertebrador y refugio permanente de sus miembros; es un elemento que requiere una adaptación constante. Los hijos también deben adaptarse a las circunstancias de cada momento y, por supuesto, ya no pueden contribuir a la prosperidad familiar; a menudo deben espabilar para intentar encontrar un trabajo ¡digno! Y hablando de la religión, ¿qué ha pasado? Pues, que las nuevas generaciones cada vez son menos receptivas a los milagros y las influencias ¡sobrenaturales! En cuanto al valor del ahorro; creo que este tema merece un punto y aparte.
Como he dicho antes, el ahorro era considerado en nuestra casa una garantía de seguridad. Las personas ahorraban para hacer frente a las dificultades imprevistas y, a la vez, confiaban plenamente en las cajas y bancos y, por supuesto, con la buena gestión de sus directores. ¿Qué ha pasado en los últimos años? pues; por un lado hay que decir que es muy difícil ahorrar, ya que las circunstancias actuales no lo permiten. Y por el otro lado; la confianza con las cajas y bancos yo diría que, en cierto modo, se ha perdido. Los bancos ya no son un lugar seguro para guardar los ahorros: cobran comisiones, gastos…; y si no estás al acecho, te lian con preferentes, fondos y otros productos que pueden afectar muy negativamente el dinero ahorrado.
Después de todo esto; se me plantea una pregunta: Si esos tres «puntales» que nos fueron inculcados (familia, religión y ahorro), en cierto modo han caído; ¿donde nos podemos apuntalar para vivir con cierta tranquilidad? La respuesta me la da Eulalia, una buena psicóloga y amiga, diciendo: «No se trata de buscar puntales en el exterior; de lo que se trata, es de tener la mente bien preparada para admitir una sociedad permanentemente en cambio, con la capacidad racional suficiente para gestionar los conflictos que estos cambios puedan comportar». Caramba chica; esto parece muy difícil, respondí, y ella continuó diciendo: «Una sociedad libre es una sociedad que se transforma continuamente, y, vivir en libertad significa ejercer la parte más racional y humana de las personas». En definitiva, Eulalia cree que el puntal más básico para vivir se encuentra precisamente en la capacidad racional de cada uno; y esto entre otras cosas, pide reflexión y esfuerzo constante. ¿Estás de acuerdo con lo que dice Eulalia ?; ¿qué opinas? Espavila’t.