InicioArtículosUn gran esfuerzo para una mejor recompensa

… y un buen día nace tu hijo. Y tu vida personal desaparece para dar paso a una nueva vida que depende exclusivamente de ti. Eso significa que se han acabado las tardes de tranquilidad, las noches de fiesta y las largas dormidas de los domingos por la mañana. Pero todo se lo vale, lo cambias por una nueva personita que es parte de uno mismo y que ves en él/la todo tu esfuerzo, tu ilusión y muchas esperanzas.

Tener un hijo es muy duro y mucho más tal y como están las cosas hoy en día. Seguro que nuestros abuelos se pondrán las manos en la cabeza si leen esto, me dirán que antes si era difícil tener un hijo sin las comodidades de hoy en día, pero creo que me entenderán cuándo les explique que estas comodidades se han convertido en mayores dificultada.

Hoy en día todos trabajamos fuera de casa, la vida es acelerada y la comida en el “taper”. Ahora tocan cambios, te tienes que modificar los horarios con el fin de estar con tu hijo, en parte porque es necesario y en parto porque lo quieres. Pero tampoco puedes prescindir del sueldo porque todo el que la sociedad actual te da se tiene que pagar, nos hemos acostumbrado a las comodidades y no sabemos vivir sin ellas.

Las ayudas del Estado no llegan ni a la suela del zapato, las prestaciones económicas son

insuficientes y las reducciones laborales, los permisos, etc. hacen reír. Por otro lado, quieren que tengamos más y más hijos con el fin de cubrir las futuras (y no tan futuras) jubilaciones. – Señores míos, si yo tuviera su sueldo, tendría más de un hijo, seguro.

Para poner un ejemplo: en mi pueblo hay aproximadamente una tasa de natalidad de 670 nacimientos el año y existen 14 plazas públicas de guardería para todos.

Por lo tanto, que nos queda; el esfuerzo diario de sacar adelante lo más bonito de la casa, con el trabajo, la vida en pareja y el poder estar solos un ratito… y todo esfuerzo tiene una gran recompensa, tu hijo.

Espavilate, porque vale la pena

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