Siempre me he considerado una persona de talante optimista, a pesar de las circunstancias del momento me gusta ver la parte positiva de las cosas. Y en este sentido, si hemos de hacer caso de las palabras de los candidatos y candidatas a futuros alcaldes expresadas en las habladurías electorales, nuestro grado de confianza y optimismo para los próximos años está plenamente garantizado, o, al menos, eso es lo que parece.

¿Que nos prometen?. ¿De qué hablan? Sin entrar en colores políticos, todos nos prometen mejoras sustanciales; eso sí, sin olvidar las dificultades económicas del momento. He aquí una serie de intenciones, muy genéricas y a la vez muy profundas, que he escuchado en los últimos días que si se pusieran en práctica estoy seguro de que todo iría mucho mejor. Mirad qué palabras más bonitas:

«Los políticos locales somos los responsables públicos que más cerca tiene la ciudadanía y, por tanto, somos los primeros que tenemos que dar ejemplo de honestidad, de integridad, responsabilidad y de compromiso.»

«Creemos en la iniciativa personal, en la cultura del esfuerzo, en las empresas que son verdaderas generadoras de riqueza y también de empleo, y creemos en las personas y su capacidad creativa y de trabajo.».

«Queremos impulsar políticas y acciones para fomentar la cultura del respeto a las personas y al espacio público como principales elementos de promoción y defensa de la calidad de la vida ciudadana»

«Queremos simplificar la burocracia de las gestiones entre los ciudadanos y el Ayuntamiento. Sólo así conseguiremos prestar un servicio a las personas de manera ágil y cercana».

Algún candidato, un poco más atrevido, dijo: «Queremos rebajar el sueldo de los concejales y los cargos de los diferentes patronatos y empresas municipales».

Hablar de «sostenibilidad» siempre hace buena pinta, aunque muchas veces no lo tengan demasiado claro, pero queda muy bien decirlo: «Desde los ayuntamientos hemos de garantizar el equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad. Debemos ser conscientes de que debemos legar a las futuras generaciones un pueblo mejor de lo que nosotros disfrutamos »

En la campaña electoral hemos oído un montón de palabras motivadoras presentadas como verdaderas inyecciones de optimismo. Mirar el futuro de manera positiva es deseable pero, no nos engañemos debemos tener los pies en el suelo, la clase política nos tiene acostumbrados a todo tipo de saraos. Ahora toca ser amables y positivos, ahora toca hacer risitas y carantoñas y después, una vez sentados en la «poltrona», las bonitas palabras y las buenas intenciones se olvidarán rápidamente.

Sin embargo, quiero pensar que los valores de la cultura del esfuerzo estarán presentes en las políticas municipales de los próximos cuatro años; aunque sea por la necesidad de supervivencia. Nos harán mucha falta. Sr. candidato; Sra. candidata, independientemente de tu color político, una vez elegido no nos defraudes. Espabila.